Fue a principios de los años 80 cuando empezó a brotar en mí la afición por la fotografía. Durante los años de la mili pude compartir la afición con algún compañero de armas y nos decidimos a hacer un viaje a la vecina Andorra, donde los precios de los equipos fotográficos eran un poco más asequibles para la maltrecha economía de un imberbe de 20 años. Eran los tiempos de la transición y recuerdo que estaba totalmente prohibido cruzar la frontera mientras estabas en el periodo de la milicia, pero bueno, ya se sabe como se actúa con la inconsciencia de la juventud. No había demasiado donde elegir en aquellos tiempos y mas si ibas con un presupuesto escaso, así que me hice con una cámara Zenith de fabricación rusa que pesaba una barbaridad. Con ella empecé a dar mis primeros pasos en este mundillo aunque no tardé demasiado en vendérsela a un compañero de trabajo, para hacerme con una cámara fabricada en Japón, que era lo que entonces se llamaba tecnología punta. Se trataba de una cámara Yashica Fx3 y el fotómetro era de tecnología LED y no de aguja como en el caso de la Zenith. Cargado con la Yashica y su objetivo de 50 mm a f2 es cuando realmente empecé a tomar fotografías del cielo nocturno. Eran tiempos de los carretes de negativos o diapositivas de 24 o 36 exposiciones. Cuando al fin pude disponer de un vehículo, se ampliaron mis horizontes, nunca mejor dicho, porque me permitía cargar con el equipo al páramo, a algunos kilómetros de mi pueblo, donde podía disfrutar de un cielo mucho mas oscuro. Allí, en la soledad de la noche, es donde tuve mis primeras experiencias auténticas con la observación y la fotografía astronómica. Eran tiempos donde era muy difícil encontrar compañeros de afición con quien compartir conocimientos y salidas de observación, ya que la comunicación entre aficionados era prácticamente inexistente. Solo era posible este contacto a través de algunas revistas especializadas o si tenías la suerte de vivir en una gran ciudad, a través de una asociación astronómica, que por entonces empezaban a surgir en la sociedad de la recién estrenada democracia.
Fuentes:
- La revolución digita: Leer el artículo completo
- Revista AnalemmA Nº 3
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